miércoles, 12 de octubre de 2016

Smartphones de colores, nueva arma para los conquistadores culturales y tecnológicos

Smartphones: Los nuevos "espejos de colores" que limitan a las generaciones futuras.

En los tiempos de la llegada de Cristóbal Colón al continente americano, se habló de que los primeros conquistadores engañaban a los pueblos originarios, ofreciéndoles objetos comunes para ellos, entre ellos, espejos de colores. Esas baratijas la intercambiaban por el oro, que los conquistadores codiciaban. Esa operatividad persiste, pero con los jóvenes de hoy, y bajo otros métodos.

Verán: cuando las computadoras se instauraron en la vida cotidiana, fue a lo largo de la década de 1980. Al principio eran para los de la clase media alta y alta, y por supuesto, pocos las tenían. En la década siguiente, se fue popularizando, y los que no la podían tener nueva, la tenían de segunda mano, y se arreglaban con los ordenadores para poder hacer sus tareas. En los 2000, se hizo masiva Internet, y los cyber florecieron, porque era usual ya la conectividad, desde el correo electrónico y el chat.

¿Qué pasaba? Muchas veces, el que tenía computadora conseguía "hacer su camino", esto es, buscarse sus propios programas, sus propios componentes, y adaptar su computadora del modo que más él quería. Esto hizo que las computadoras de escritorio fueran accesibles, y terriblemente operativas. Una buena máquina, es una poderosa herramienta, con los programas y el material adecuado, para hacer una gran cantidad de cosas.

Los fabricantes de computadoras y los diseñadores de programas no se encontraron muy contentos con esta situación. Algo debían hacer para seguir vendiendo. Luego de varios intentos por tener aparatos controlados, dieron en la tecla. ¿Y en qué se basaron? En las redes sociales, por un lado, y en la telefonía móvil, por otro. Las combinaron. Mark Zuckerberg con las redes sociales, por un lado, y Steve Jobs con el teléfono inteligente, por el otro, formaron en conjunto un nuevo objeto deseado que hizo, en los últimos años, que muchos jóvenes y no tanto fueran por lo que llevaba a estar actualizado.

Pero esto tuvo y tiene un carísimo precio a pagar por parte de nosotros, los usuarios informáticos: los viejos equipos de escritorio, las computadoras portátiles y sus parientes las tablets con teclado adosable, están poniéndose cada vez más caros, como lo era en tiempos en que eran para pocos. Los teléfonos inteligentes o smartphones son cada vez más masivos, pero tienen muchas limitaciones, y el Internet que usamos a través de ellos, es negocio para los abonos, los cuales pagamos a las empresas telefónicas.

En suma: por querer el objetito del momento, el "espejito de color" que conforma el teléfono inteligente, nos quedamos sin el "oro" que es el equipo ordenador de escritorio, o en menor grado el portátil, que es el verdaderamente poderoso, y con el que podemos hacer muchas, muchísimas cosas más si le damos un uso adecuado a nuestros intereses y nuestras fortalezas.

Es muy importante que la gente joven no se deje engañar, y sepa apreciar y cuidar a su quizá añoso equipo de escritorio, porque puede darle un futuro más sólido, e incluso asegurarle algún rédito económico, mucho más que el supuesto teléfono inteligente que sólo le sirve para la conectividad social de un modo movilizador y dinámico.

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