jueves, 22 de diciembre de 2016

Estilos en escuelas de periodismo


Una oficina de trabajo: así puede ser una redacción en un medio de comunicación (Fuente: Space Quest III, Sierra, 1989).

Adentrarse en el periodismo es un verdadero mundo. Porque el oficio de informar tiene un montón de caras. Una vez conscientes del poder de comunicar, al menos eso pasó durante un tiempo en nuestra historia reciente, que muchos quisieron ser periodistas, porque soñaban ser como los periodistas estrellas de los medios. Y tenían un referente, digámosle "X", en el cual espejarse e iniciarse en la profesión. Y eso permitió la enseñanza del oficio de forma masiva.

Al principio, en los medios de comunicación, no había escuela alguna para el periodismo. Se aprendía por la práctica, o por aprendizaje en otras profesiones: en la mayoría de los casos, estos eran la Abogacía y las Letras. No es casual que el fundador de la Gaceta de Buenos Ayres, primer periódico argentino, Mariano Moreno ¡fuera abogado! Y al abogado se le dice Letrado, esto es, el que es instruido en letras para poder saber expresarse. Y precisamente los métodos de investigación, razonamiento y argumentación de los abogados son los que los asemejan MUCHÍSIMO a los periodistas para saber defender sus posturas. Con el tiempo, las plumas más entrenadas de los diarios preparaban un libro, llamado "Manual de Estilo", para que todos sus redactores supieran los lineamientos y métodos del medio para saber cómo escribir sus artículos.

Las primeras escuelas de Periodismo que existieron, fueron hechas por periodistas que ya estaban por jubilarse, que se ofrecían para transmitir el oficio a los que recién empezaban. Así era donde estudié y me recibí yo como periodista: te enseñaban los modos de hacer los artículos periodísticos, el modo de escribirlos, de titularlos, y de darte una idea de cómo adaptarlos al medio gráfico al que iban impresos. A los que iban aparejados gente más joven que te transmitía métodos semejantes, pero adaptados hacia la radio y la televisión. Los bosquejitos básicos y las ideas principales para que te sepas defender, en lo que hasta hace veinte años eran los tres medios de comunicación predominantes: la prensa escrita de diarios y revistas, la de la radio y la de la tele.

Muy semejante a esas primeras escuelas son las carreras universitarias de Comunicación, como la Licenciatura que te ofrece la UBA, la más prestigiosa que hay en el país, aunque por la cosmética no lo parezca. Porque te llenan de argumentos teóricos, intelectuales, de pensadores y filósofos que cimentan por qué demonios aprendés todo eso, te hacen ver mucho el sentido de los signos, en lo explícito e implícito, con la Semiología y el análisis de los discursos, desde la antigua Retórica y Lógica aristotélicas hasta las escuelas más modernas de pensadores y lingüistas, pasando por todo tipo de ciencias sociales, y así te dan un andamiaje intelectual más preparado que, si lo usás bien, ya no sólo vas a poder escribir diversos tipos de artículos o papers, sino textos mucho más elaborados, verdaderos trabajos intelectuales que podrían ser extensos tratados, cuyo exponente máximo es la Tesis, trabajo final de carrera que si aprobás, te vas a recibir.

Las escuelas más modernas de Periodismo, son aquellas que operan como "escuela agencia". Son escuelas que supuestamente te hacen la "vía fácil" para que llegues al medio de comunicación deseado, porque muchos de sus profesores son cuadros de esos mismos medios, y seas la estrella que esperaste ser, pero no sólo que te hacen gastar mucho dinero en los tips técnicos, para que vos aprendas cómo hacer las cosas, sino que te exigen, como si ya estuvieras trabajando para un medio importantísimo, a que vayas a los exponentes más famosos, y más difíciles de alcanzar, y te dejan a veces a la buena de Dios a que te rompas la cabeza, de cómo hacer para hablar, por ejemplo, con el Presidente de la Nación siendo un simple estudiante de tecnicatura. El cholulaje, o la locura por las estrellas atrae a muchos a este tipo de escuelas, que parte del presupuesto que reciben de sus alumnos lo destinan en traer al famoso de turno ahí para que sus estudiantes lo entrevisten en el primer año de cursada, y que enseñan el oficio en esquema como en las viejas escuelas periodísticas pero, como dije, exigen y dejan muy librado al albedrío del que aprende los métodos, casi a cualquier precio, para llegar a la nota perfecta.

Por último, las dos tendencias máximas de las escuelas de periodismo se marcan desde dónde decide sostenerse el futuro comunicador: si por sus convicciones intelectuales, esto es, defender su postura, o por su necesidad de vivir de la profesión, su postura económica. El exceso en las convicciones lleva a un periodismo militante, el exceso en echar mano al dinero lleva a un periodismo mercenario. Se habla que lo razonable es ser objetivo y el ideal es llegar a tal cosa, pero desde donde uno está realmente parado, o donde lo hacen parar, siempre hay cierto sesgo y ése es el sitial desde donde uno va a comunicar.

sábado, 3 de diciembre de 2016

Vivir es Hoy: Show especial de La Sole en el Gran Rex

El Huracán de Arequito deleitó en show especial a sus espectadores, a teatro lleno.

El miércoles 23 de noviembre, a las 9 de la mañana, se realizó en el Gran Rex un show especial para clientes del Supermercado Día. En un show animado por Marcelo Peluffo y Julieta Monteverde, luego de un stand-up de Dalia Gutmann, una clase de cocina de Emi Pechar e invitaciones de Horacio Cabak y Luli Fernández, se dio el gran show: La Sole, Soledad Pastorutti, la folclorista de Arequito, dio un show de hora y media que deleitó a un teatro lleno.

Entre los beneficios que contaron los clientes que consiguieron su entrada, se les dio un pañuelo rojo para que lo pudieran ondear, del mismo modo que La Sole ondeaba su poncho al viento -aunque lo haya ondeado poco-. Eso se hizo sobre todo con su clásico "a don Ata", que fue el tercer tema del recital, y el primer hit de la cantante, que celebra sus 20 años de trayectoria musical.

Hubo ciclos de enganchados de canciones pop y de chacareras, con un excelente grupo de músicos que acompañaron a la cantante. También fueron parte del repertorio "Propiedad privada", "Por el tren del cielo", y el show culminó en un "Para que sepas mi sufrir", en un bis muy bailable y que, en el segmento final, tuvo un curioso ritmo de cumbia.

En suma, resultó grato para este comentarista estar por fin en un show de La Sole que lo vivió como una experiencia única. Un gran honor poder ver ¡y en platea! a una de las más grandes exponentes de la música popular argentina.