lunes, 4 de enero de 2016

Mi vida como sacristán de iglesia

Los elementos que un sacristán debe cuidar en una Iglesia de rito oriental (foto del autor).
Desde el Día de Todos los Santos, en noviembre pasado, tengo un nuevo oficio: ser sacristán de iglesia. Lo hago para una de las sedes de la Iglesia Greco-Católica Ucraniana, por orden del párroco local.

Reemplacé al sacristán anterior, ya anciano y enfermo, que lamentablemente falleció sólo tres días después que me designaran en el puesto. Desde entonces, debo asistir todos los domingos a Misa, donde veo la ceremonia desde un punto diferente al de un feligrés común.

En principio, el rol requiere mucha concentración: hay que estar antento ante todas las indicaciones rituales del cura a lo largo de la Misa. Hay que llegar un poco antes, para ya recibir las primeras indicaciones desde antes del comienzo.

El principal cuidado que un sacristán debe tener, es el encendido del inciensario, que es el que ven a la izquierda de la foto adjunta. Éste contiene una calderilla donde se encienden carboncitos, y encima de éstos, el incienso. Mas, para las Iglesias orientales, no vale el incienso común esférico y amarillento; se usa incienso del Monte Athos, blanco, más cúbico o poligonal en bloques, y que se tiene que traer importado de Ucrania porque las santerías de aquí no lo tienen. Al inciensario, el cura lo usa por lo menos unas cuatro veces a lo largo de una Misa común.

Otros roles como sacristán es portar una vela ritual, como rodear el altar mientras el cura lleva la Biblia y luego, estar al lado con la vela en la lectura del Santo Evangelio. Más adelante, cuando se brinda la ecuaristía, debo portar un plato con una tela sagrada, como protector para cuando los feligreses comulgan. También, al comenzar y finalizar la misa, encargarse de la iluminación de la iglesia, tanto en velas como en luces.

Al finalizar la misa, llegan a la sacristía los feligreses que revisan la recaudación de la limosna. Más allá de toda la labor de sacristán, a nosotros no nos toca dinero alguno: ése va para la Iglesia y para el cura que celebra, nada más.

Hay veces que la labor se alarga por celebraciones especiales, como responso por muertos o bien hechos extraordinarios como Bendición de Aguas, de Frutas, de Canastas como se hace en Pascuas. Esto extiende por lo menos media hora más a la celebración, con lo cual, el desempeño como sacristán se extiende de una hora a una hora y media en cada celebración esas veces.

Ojalá estas indicaciones les sean útiles para entender los puntos básicos de este ministerio espiritual que ejerzo ya unos dos meses y pueda aclarar el misterio de asistir a un sacerdote en las Misas.

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