viernes, 4 de marzo de 2016

El miedo al papel en blanco

El gran miedo: no saber qué escribir

Todo comunicador, en algún momento, tarde o temprano se enfrenta a un gran miedo: el miedo al papel en blanco. No sólo los hombres de prensa lo padecen, sino también los escritores y, por extensión, todo hombre de letras.

¿Qué causa esta clase de miedo? Una de las razones es cierta inseguridad en "la agenda". La agenda que implica la temática común a la opinión pública, o bien la agenda propia que todo comunicador tiene, de especializarse en los temas en los que se ha preparado o realizado. Esto está en relación con el auditorio al que el comunicador dedica su espacio de comunicación. Debe entregar a su público lo que el público puede esperar lo que el comunicador promete.

Otra causa es no tener idea de cómo comunicar algo que uno ya sabe. Esto es, es probable que el comunicador tenga una idea en mente, pero no encuentra la vía para desarrollar la nota de un modo coherente, conciso, breve... O sea, se hace un galimatías con sus fuentes y no sabe por dónde empezar. Porque duda sobre lo más importante sobre lo que debe actuar, que en esta clase de notas, debe ir al comienzo.

Una tercera causa, son los distintos tipos de censura con los que el comunicador se encuentra. Muchas veces, entre rumores, corrillos y declaraciones no admitidas por actores de los que se tienen que informar, no se pueden divulgar datos que alteren su ámbito privado o bien les traiga cierto desprestigio. Tampoco aquellos que resulten ofensivos o deprecativos hacia el auditorio al que van dirigidos. Entonces, parte de la información que se debe comunicar en la nota debe pasar por un estado de censura previa. Sobre todo, en los casos de que el tema o la persona en la cual tratar debe ser tratado por el comunicador bajo determinados aspectos, sean éstos positivos o negativos.

Otro motivo más, no menos importante, es centrar la nota en una cualidad, y desechar toda información que no sea relevante para realizar la nota. Por ejemplo: de poco importa saber la comida favorita de un futbolista, si esto no tiene relación alguna con su habilidad en su desempeño deportivo. Existe prensa que se dedica en los detalles particulares de las personas o instituciones al tenerlos en cuenta en si, pero ésta es una clase de prensa que roza la frivolidad.

Por último, un factor importante es el tiempo. Desde que existen las redacciones, correr contra el tiempo es fundamental para tener la nota cuanto antes, tenerla lista lo más pronto posible. Pero eso atenta contra la calidad del texto, e incluso su nivel de redacción y hasta ortografía. Es común encontrar en sitios sobre comunicación ciertas incoherencias, producto de la falta de tiempo de la elaboración de una nota. Los exigentes lectores, suelen no tener en cuenta esta importantísima limitación que el comunicador tiene en su contra, para informar de la manera más precisa aquello que no ha terminado de comprender, dicho común entre especialistas en comunicación.

Lo más importante es saber comunicar, y si no se sabe, intentarlo para hacerlo lo mejor posible. Esto permite desarrollar esta gran habilidad, que logrará una mejora a la hora de informar, educar y entretener hechos que puedan ser de interés para usted, lector, que lee este texto.